Aprender sin distancia: cómo aprender a aprender en la enseñanza mediada por tecnologías

No es novedad para nadie… la pandemia del Covid-19 nos trajo una “nueva forma” de aprender (como alumnos) y en el caso de los docentes, que estaban acostumbrados a estar con sus alumnos en presencia docente, una “nueva forma” de la enseñanza. Muchas teorías y metodologías se insertaron en la vida cotidiana de ambos lados de esta moneda (educadores y estudiantes), pero existe una conexión: el uso de tecnologías que median este proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para las personas que ya estaban inmersas en la educación a distancia (EaD), no había nada nuevo, ya que estas personas ya conocían las ventajas que podía traer este tipo de educación, pensando principalmente en la flexibilidad y la autonomía —e incluso las desventajas, como la flexibilidad y la autonomía—. . Espera... ¿¡Qué quieres decir!?

Comencemos por el principio... ¡Acompáñame y te explico un poco más sobre estos y otros puntos que involucran la educación a distancia y cómo podemos reducir los obstáculos que pueden impactar tu desempeño educativo!

Pero, ¿de dónde surge EaD y la idea de preparar (y consumir) contenidos a distancia?

Antes de entrar más específicamente en la pregunta que impregna nuestra charla, es importante hablar —aunque sea brevemente, lo juro— sobre lo mío, lo tuyo, lo nuestro, la educación a distancia.

En primer lugar, como el nombre ya nos da una pista, este tipo de educación se caracteriza por la separación de espacio y tiempo entre quienes aprenden y quienes enseñan. Hasta entonces, ¡nada nuevo!

Pero EaD no es nueva, al contrario. Su origen empezó muy lejos de la tecnología, de hecho, se constata que las primeras iniciativas de educación a distancia fueron por correspondencia, a mediados del siglo XVIII, concretamente en 1728, en Boston, con el anuncio en los periódicos del curso de taquigrafía (método de escritura rápida, usando abreviaturas y códigos) ofrecido por el profesor Caleb Phillips.

En Brasil, las primeras experiencias con este mismo modelo se registraron a fines del siglo XIX. Más concretamente en 1891, los periódicos ya publicaban anuncios de ofertas de enseñanza por correspondencia. En 1904 llegaron al país las llamadas escuelas internacionales, instituciones privadas que ofrecían cursos por correspondencia.

¡Desde entonces, mucho ha cambiado! Las tecnologías digitales han penetrado cada vez más en este proceso y se han convertido en una excelente herramienta de apoyo al aprendizaje. La radio, cd-room, televisión y muchos otros, sirvieron como un instrumento invaluable para la transmisión de contenidos y en este acercamiento y comunicación entre docentes y estudiantes. Hoy, cuando pensamos en EaD, no podemos deshacernos de las computadoras, los teléfonos inteligentes y todo lo último en tecnologías digitales. Y por ello, es importante darse cuenta que este proceso de enseñanza-aprendizaje nos acompaña desde hace mucho tiempo y, en la actualidad, se consolida cada vez más como una modalidad muy rica, en términos de potencialidad pedagógica y democratización del conocimiento.

Ahora que sabemos un poco más sobre la historia de EaD, comprendamos cómo puede mejorar su aprendizaje. ¿Vamos allá?

Aprender a aprender: ¿quién es la persona que consume la docencia virtual?

Fonte: freepik

Una de las grandes potencialidades cuando pensamos en el proceso de enseñanza-aprendizaje inserto en la cultura digital es la comprensión de que el estudiante es activo y protagonista de su propio aprendizaje.

Grandes pensadores y teóricos en el campo de la educación ya nos venían señalando esta necesidad, a través de los debates y sus aplicaciones en el campo “offline”. Es decir, entendiendo que la educación se hace en conjunto, con todas las personas involucradas, docentes y alumnos, “dentro de un mismo espectro”.

En este escenario, el docente se convierte en mediador del conocimiento y el aprendiz interactúa con el tema de estudio, leyendo y cuestionando críticamente, de forma contextualizada, planteando hipótesis y diciendo lo que piensa. Todo ello de forma activa y totalmente relacionado con acciones de motivación, compromiso e implicación.

Cuando reflexionamos sobre estos dos personajes, inmersos en esta cultura digital, nos damos cuenta de que hay, en cierto modo, un choque de generaciones en la comprensión de los roles de cada uno y una ruptura con lo “tradicional”. Asumiendo que la educación tradicional es la comprensión de que hay uno como poseedor absoluto del conocimiento y el otro como mero receptor pasivo.

Mark Prensky (2004) - conocidos por algunos conceptos como “nativos digitales” (nacidos después de 1980 y ya familiarizados con la tecnología, que entró en los hogares a finales de la década) e “inmigrantes digitales” (nacidos antes de 1980, que no nacieron rodeados de tecnología, sino adaptado muy bien a él)— explica muy bien las diferencias entre las “generaciones” y llama la atención sobre cómo ambas usan exactamente las mismas tecnologías, pero de una manera significativamente diferente.

El autor identificó que los nativos digitales tienen entre sus características acceder, comunicar y compartir conocimientos —si es posible, de manera inmediata, aunque estén en proceso de producción— y no la idea de “poseer” ese contenido, como lo hacen los inmigrantes. huellas dactilares

Mark Prensky

Fonte: Flickr

Ahora piensa en tu contexto (tanto trayectoria académica como escolar, etc) y reflexiona sobre cómo fue el proceso de aprendizaje en medio de los cambios tecnológicos en el mundo. ¿Hubo algún momento en el que experimentaste (o pudiste experimentar) el aprendizaje mediado por la tecnología? ¿Puede identificar, ahora armado con esta información, si sus maestros eran inmigrantes digitales y usted era nativo digital?

Por lo tanto, para aquellos que están consumiendo el contenido a distancia, un gran “punto clave” es hacer un autoanálisis y reflexionar sobre su propio conocimiento y cómo es su proceso de aprendizaje.

Cuando conocemos nuestra forma de pensar y aprender, tendemos a sentirnos más seguros y, en consecuencia, a tener más libertad para tomar decisiones, mayor autonomía. Bueno, entre nosotros, es uno de los elementos clave cuando pensamos no solo en nuestra experiencia académica, sino también en la experiencia profesional y ciudadana.

No cabe duda: la incorporación de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la educación —y en el proceso educativo— ha modificado y reestructurado las formas de pensar y aprender, y por tanto ha acabado modificando las formas de enseñar. Aun así, nos damos cuenta de que la comunicación sigue siendo un factor clave y afecta decisivamente a la enseñanza y el aprendizaje.

Estilos de aprendizaje: ¿mito o verdad?

Como hemos visto a lo largo de nuestra conversación aquí, muchas cosas han cambiado y cada vez se exige más una actitud de que somos los protagonistas de nuestro propio aprendizaje.

Algunas teorías han surgido en un intento de iluminar las formas de aprender y, en consecuencia, ayudar a los profesores e instructores a organizar estrategias que actúen de manera más eficaz y dirigida. Uno de estos conceptos se llama Estilos de Aprendizaje, el cual se puede obtener por diferentes métodos, ya sea por VARK, Kolb o Honey-Alonso. Pero aquí hablaremos más concretamente del primero de ellos.

Antes de profundizar un poco más en el método, ya les puedo decir que hay mucha discusión en la comunidad académico-científica sobre la efectividad del concepto, pero aún así, es muy interesante entender cómo los diferentes estilos pueden estar relacionado con nuestra forma de aprender y cómo podemos usarlos para nuestro beneficio.

Incluso tenemos un curso que aborda el tema aquí en la Escuela de Innovación y Gestión, [Aprender a aprender: técnicas para tu autodesarrollo](https://cursos.alura.com.br/course/aprender-a-aprender -técnicas -para-su-autodesarrollo). ¿Qué tal acceder al contenido y desarrollar aún más tu autoconocimiento?

Ahora, continuando donde lo dejamos… el método VARK es un acrónimo en inglés que destaca los cuatro “modos de aprendizaje”: Visual (visual), Auditivo (auditivo); Leer/Escribir (leer/escribir); Cinestésico (kinestésico).

Visual: este estilo es para aquel alumno que se da cuenta de que los estímulos de aprendizaje se capturan y asimilan mejor a partir de gráficos, videos, imágenes, diagramas, mapas mentales y listas;

Auditivo: el estudiante retiene mejor el contenido de los medios sonoros, es decir, su pensamiento se estructura a través de las palabras, es decir, lo que se habla y se escucha. Tu aprendizaje más efectivo puede ser a través de podcasts, exposición oral de quien media el contenido (profesor/instructor), repeticiones o incluso canciones;

Lectura/Escritura: para este estilo de aprendizaje lo que se vincula —como su nombre lo indica— es el conocimiento adquirido a partir de la escritura. Por tanto, todo lo que contenga un elemento textual se ajusta muy bien a este perfil. Libros, folletos, textos en blogs, artículos e investigaciones serán grandes aliados;

Cinestésica: finalmente, llegamos a la multitud a la que le gusta “ensuciarse las manos”. En esta modalidad lo que prima es el aprender haciendo, es aquel alumno al que le gusta experimentar mientras aprende. Por tanto, el sentido de la realidad se basa en lo concreto, son personas que necesitan interacción y movimiento. Simulaciones, demostraciones y dinámicas de grupo pueden encajar perfectamente en este estilo.

Entonces, ¿puedes identificarte en alguna de estas categorías? Si es así, ¿cómo podría categorizar la influencia de cada uno de estos estilos en su aprendizaje? Si quieres identificar cuál es tu estilo de aprendizaje y cómo influye cada una de las categorías en tu aprendizaje, accede a la prueba VARK

A continuación, vea cómo se puede contemplar cada estilo con algunos medios digitales:

Recordando, ninguno de nosotros somos esencialmente una sola categoría y que cada uno habla entre sí. Además, es importante recordar que dependiendo de lo que estés estudiando, ¡tu perfil también puede cambiar! Con eso en mente, aquí en Alura, pensamos en cada uno de estos aspectos cuando diseñamos e implementamos la capacitación. ¡¿Puedes decir?!

Consejos (o posibilidades) para sumergirse en su aprendizaje para siempre

Ahora que hemos hablado sobre todos estos aspectos y cómo pueden influir en tu práctica de estudiar en línea (o incluso presencial), he separado algunos consejos que pueden ayudarte a organizarte en este mundo de posibilidades:

1. Eres el arquitecto de tu propio aprendizaje: ¿qué significa eso?

Significa que eres el protagonista de tu propio proceso de aprendizaje. Y para eso, tienes la autonomía y flexibilidad para organizar tus horarios, tiempo y días para dedicarte a tus estudios;

2. Organizar un horario de estudios:

¿Qué tal planificar tu semana e incluir tus cursos en tus objetivos semanales? La organización del tiempo y una rutina de estudio te pueden ayudar mucho a no acumular “material” y, en consecuencia, tu camino de formación y consecución de las metas establecidas;

3.No trates de abrazar el mundo:

Lo sé, el mundo exige que realicemos múltiples tareas, pero la triste noticia es que no podemos hacer todo a la vez. Si estás aprendiendo un concepto/método/herramienta específico, ¿por qué no terminar ese curso antes de comenzar otro que no tiene nada que ver con el que estás tomando? Tómatelo con calma y absorbe todo lo que puedas de ese contenido para continuar con tu formación. Recuerda: no eres una máquina;

4.Los momentos de discusión siempre son valiosos:

¿Por qué no intercambiar experiencias y conocimientos con otros estudiantes o compañeros de trabajo? Aquí en Alura tenemos grandes espacios para ejercitar esta habilidad. Los foros de discusión y nuestra comunidad de Discord son excelentes espacios para intercambiar y desarrollar conocimientos en colaboración, e incluso establecer contactos;

5.La teoría y la práctica siempre van juntas.:

De nada sirve ver todas las videoclases, leer todos los artículos, escuchar podcasts y consumir todo lo posible sobre los contenidos que estás estudiando sin ensuciarte las manos y ejercitar tu aprendizaje. Por lo tanto, realice siempre las actividades sugeridas y ponga en práctica todo lo aprendido;

6.Compartir conocimientos:

No hay nada más emocionante (y educativo) que compartir algo nuevo que hayas aprendido. Ya sea con amigos, familiares o incluso en Linkedin u otras redes sociales. Usa tus conocimientos a tu favor, ¡siempre!

Conclusión

Hemos visto que para aprender de manera efectiva, el primer paso es reflexionar y comprender cómo se aprende. Cualquiera que sea el medio para adquirir el aprendizaje, ten por seguro: tú eres el protagonista de este proceso.

Por ello, desde el aprendizaje a través de tecnologías digitales o incluso presencial, es fundamental que tú, como estudiante, seas capaz de identificar qué medios te resultan más cómodos y cómo aprovecharlos en tu formación profesional, haciendo más efectivo tu aprendizaje. y apuntado. Recuerda, tan importante como diversificar las formas de aprender, diversificar los medios para obtener contenido puede ayudarte a construir un pensamiento crítico y conocimiento sobre el tema.

Además, la organización y la planificación también son muy importantes, especialmente cuando pensamos en la educación a distancia y la mediación tecnológica. Tener una rutina de estudio y compartir tus aprendizajes entre tu comunidad marcará la diferencia cuando se vincule con tu camino de formación y los objetivos profesionales o personales establecidos.

Carolina Castro

Pedagoga (UERJ) y Magíster en Educación (UFF). Realmente disfruto las materias orientadas a UX/UW y cómo se aplican en experiencias de aprendizaje inmersivas y significativas para estudiantes. Además de otros temas que involucran educación a distancia, formación de docentes y plataformas de e-learning.

Este articulo fue traducido y adaptado por : Priscila Stuani